Así que eso es lo que pensás de las madrinas Gaby Car?

Estos audios son admirables! Cuánto daría Sigmund Freud por ellos si aún viviera...

El basilisco parlante ataca de nuevo!

Gaby Car me recuerda a ese centurión romano al que los germanos cortaron la lengua y mientras la paseaban gritaban alborozados "Al fin, víbora, dejaste de silbar!"

Rara vez se encuentra uno frente a una conjunción tan perfecta de odio, soberbia, pedantería e idiotéz, como frente a estos audios de la susodicha...

Vayan sumando.

"La voz de Dios" (sic) se revela al oído de este áspid (sic) y pasando por alto sus diatribas y sus hieles reconcentradas; su absoluta ausencia de humildad; su bajeza ilimitada y su falta de empatía con el resto de las criaturas del orbe universo, la anima a seguir con la insigne labor para la que "ha sido designada"...

O el dios que le habla no es Dios, o ese dios que la aconseja es fruto de su mente enferma. Sean ustedes los jueces de esta aullante criatura.

Porque Gabyota es una moderna Moisés, encargada de predicar la ley 14.346 de boca para afuera, para luego hacer y deshacer con los equinos como le venga la real gana.

Ella es la elegida y como tal tiene derecho de elección, de vida y muerte, de selección de adoptantes y puede promulgar mandamientos dentro de su trashumante refugio equino...

Las madrinas y voluntarias no son más que la tropa de esta desquiciada que solo usa de la ternura que produce la vista de los caballos maltratados para arrimarse unos buenos pesos extra para ayudar a su magra jubilación por insanía.

Ahora y gracias a esta moda de vivir de los caballos, se puede decir de ella, como dice el tango: "Tenés amigos, casa, nombre y lo que quieras vos".

Y el tango sigue: "El verdadero amor se ahogó en la sopa; la panza es reina y el dinero es Dios".

Qué bien le cuadran estas estrofas, no?

Siento verdadera tristeza por la gente que se deja llevar por sus publicaciones sensibleras que destilan almibar por los cuatro costados.

Siento lástima por los caballos que caen en las garras de esta "Leonina" viivilla y me temo que mientras se renueven los crédulos, ésta cloaca verborrágica de pantalones piyamescos seguirá con su estafa y su chamuyo fino.

Me propongo que la gente la conozca y se evite pasar por un idilio que, indefectiblemente, acaba con la manifestación de este anticristo de voz melíflua y seductora.

Si sus propias e innegables expresiones no bastan a despejar las dudas, entónces ya no hay esperanzas para la cordura y el criterio.