ONG-BUSTERS!!!
Este año aparecieron un par de ong´s, que si las buscas en la personería jurídica o en la homonimia, no aparecen ni a los premios...
Es obvio que es más fácil plantarse en facebook como Ong hecha y derecha, que andar con tanto tramiterío, no?
Una murió en verano y espera resucitar en otoño; la otra cree que es suficiente con aparecer hasta en la sopa de letras de tu hijo para emprenderla con la sacrosanta misión de mangar a diestra y siniestra.
Qué nos está pasando, diría Piñón Fijo, el personaje de Gasalla.
Unos salieron de la trinchera timidamente, con un fusíl y un casco encima para ver si algún enemigo les volaba el coco y los otros la juegan de sensibles y que reclaman sus fueros.
Una, la de los canibales; la otra la de los que no quieren perder el tren de vida y ante la crisis encontraron una forma de conseguirse unos pesitos extras con el remanido sonsonete de "somos la voz de los sin voz".
Qué país generoso!
Acá basta con disfrazarte de cura para entrar en la Catedral a dar misa.
En mi modesta opinión a estos vivillos no los tendría que apoyar ni la madre, pero como este es un país de crédulos y catárticos el juego sigue.
Los que dicen amar a los animales debieran ser más criteriosos y cortarle los víveres a los que tengan el prontuario manchado.
Pero no nos engañemos. Si a los políticos los votan por las promesas que hacen en lugar de por la coherencia que guardan una vez que acceden al poder, imagináte con estos caperucitos que viven sensibilizándote con fotitos tiernas y declamaciones justicieras...
La mayoría no resiste un archivo; pero como tenemos la memoria de Doris la pecesita, están seguros que pueden volver cuando les venga en ganas sin temer al rechazo de la gente consciente, porque, si vamos por lo que la experiencia nos muestra, los conscientes y coherentes son tan pocos que ni cuentan.
Todo es emoción, selfie, aplauso y escenificación.
Fijate si no en la Ong APRE.
Tienen la mitad de caballos que en 2016, pero como del tema no hablan ni en sueños, bloquean al que les pregunta, siguen metiendo caballos para recuperar el número perdido; todavía están en la carrera.
Les carnearon un cuarto, les robaron el otro cuarto y Guernica,-el paraíso-, quedó desolado como cuando el querubin de la espada remolineante expulsó a Adán y Eva...
Si a Zubivaga o Norita les preguntan por Guernica, seguro te salen a contar la historia del cuadro de Picasso.
Culpa del no te metás!
A esa clase de gente hay que exponerla hasta que renuncie y si es posible, que terminen en cafúa por la responsabilidad legal que les cabe en dejar morir y asesinar a tantos pobres caballos.
En lugar de ello, nos callamos cuando una nueva generación de paparúlos sale a defenderlos sin haber puesto un pie en Lanús y menos, obviamente, en Guernica.
Algunos juegan al veterinario y experimentan con animales que debieran salvar, total, que como no salvan dos de diez, nadie se da cuenta.
Conozco un señor que vive con la sonrisa prendida de oreja a oreja, siempre con su delantal impecable, que les cubrió más de una macana a las "vivillas del fortín Lanús".
Hoy, ese señor, que no deja de percibir sus emolumentos por más que figure como un idealísta de primer órden, se presenta como el adalid de la lucha contra el maltrato animal.
Da la impresión de que Dios se ha echado una siestita que ya dura demasiado.
A veces pienso que sería más fácil despertar al Dios durmiente, que poner en vereda a todos estos rufianes.
Pero, la culpa no es del chancho, sino del que le da de comer;como dice el refrán campero.
Mientras sigamos siendo no más que una masa de crédulos confiados, dejando siempre a terceros las responsabilidades y nos limitemos a mirar sin ver, dando por cierto todo lo que nos dicen, sin pedir pruebas de nada, esto no va a cambiar.
Ellos, (los vivillos), saben que los bolsillos estarán abiertos, incluso durante las crisis, a la retórica sensiblera. Así que no cejarán en su empeño de seguir cosechando lo que no han sembrado, adjudicándose la labor de otros.
Esto, hasta que amanezca el día en que los buenos exijan, en lugar de pensar que una palabra vale lo que una acción o una aseveración lo que un certificado o un recibo firmado.